Desde hace ya mucho tiempo, se viene viendo que los cursos de verano (y no digamos los reglados, tipo máster) deben abordar los asuntos de forma práctica. El largo rosario de comunicaciones académicas, con lecciones magistrales (a veces realmente magistrales, otras veces no tanto) va quedando obsoleto. Sobre todo cuando, como en este caso, se trata de encarar asuntos cuya resolución termina en un proyecto y en una obra realizada.
Quedó claro desde el primer momento para los organizadores del curso que éste había de plantearse con una base teórica necesaria pero, sin excusa, con una práctica acerca de diversos aspectos que, entre otros muchos, abarcarán los proyectos paisajísticos del soterramiento.
¿Cómo hacerlo? Por cuestiones prácticas los talleres no podían ser muchos, pero sólo uno o dos de ellos habría sido un planteamiento escaso. Se optó por cinco que, grosso modo, abordaran los aspectos que parecían básicos en ese futuro paisaje urbano: las plantas (Un andén verde para Logroño), la movilidad urbana (Parque y movimiento), el ciudadano (Parque y participación ciudadana), las nuevas tendencias del diseño del paisaje urbano (Estrategias del Paisaje) y el urbanismo y el paisaje urbano, entendidos de una manera muy, muy amplia (Los elementos naturales: fuente de recursos espaciales y energéticos). Todo ello conforma un panorama de talleres que, si dan los resultados apetecidos, propondrán muy variadas formas de afrontar el diseño de un espacio tan sumamente exigente como el Parque Lineal del Soterramiento. Queda por definir su funcionamiento, lo que abordaremos en otra entrada más adelante.
Lo que sí cabe afirmar es que este enfoque, fundamentalmente práctico, permitirá aprovechar todas las ideas que puedan ponerse sobre el tapete. Uno de los objetivos del curso es sumar fuerzas, aprovechar sinergias, no dejar que, por falta de caldo de cultivo, se pierda alguna idea importante. Profesores y alumnos tendrán así la ocasión de proponer "su" idea: de ofrecer un boceto, un "mono", un esquema de sus planteamientos y así, conseguir que el paisaje del soterramiento sea, como debe ser, de todos.
Quedó claro desde el primer momento para los organizadores del curso que éste había de plantearse con una base teórica necesaria pero, sin excusa, con una práctica acerca de diversos aspectos que, entre otros muchos, abarcarán los proyectos paisajísticos del soterramiento.
¿Cómo hacerlo? Por cuestiones prácticas los talleres no podían ser muchos, pero sólo uno o dos de ellos habría sido un planteamiento escaso. Se optó por cinco que, grosso modo, abordaran los aspectos que parecían básicos en ese futuro paisaje urbano: las plantas (Un andén verde para Logroño), la movilidad urbana (Parque y movimiento), el ciudadano (Parque y participación ciudadana), las nuevas tendencias del diseño del paisaje urbano (Estrategias del Paisaje) y el urbanismo y el paisaje urbano, entendidos de una manera muy, muy amplia (Los elementos naturales: fuente de recursos espaciales y energéticos). Todo ello conforma un panorama de talleres que, si dan los resultados apetecidos, propondrán muy variadas formas de afrontar el diseño de un espacio tan sumamente exigente como el Parque Lineal del Soterramiento. Queda por definir su funcionamiento, lo que abordaremos en otra entrada más adelante.
Lo que sí cabe afirmar es que este enfoque, fundamentalmente práctico, permitirá aprovechar todas las ideas que puedan ponerse sobre el tapete. Uno de los objetivos del curso es sumar fuerzas, aprovechar sinergias, no dejar que, por falta de caldo de cultivo, se pierda alguna idea importante. Profesores y alumnos tendrán así la ocasión de proponer "su" idea: de ofrecer un boceto, un "mono", un esquema de sus planteamientos y así, conseguir que el paisaje del soterramiento sea, como debe ser, de todos.
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