Apenas dos semanas

De aquí a dos lunes, estaremos plenamente inmersos en el curso de verano. Las matriculaciones van a buen ritmo (algún rezagado se quedará sin poder asistir) y la organización está prácticamente a punto. Dentro de dos semanas, estaremos todos aquí:

Ya no queda mucho

Dentro de menos de un mes dará comienzo el curso. Puede parecer poco o mucho, depende. Para los que trabajamos en los preparativos, es indudablemente poco tiempo. Queremos que todo salga bien y que los asistentes encuentren lo que vienen buscando. Pero también estamos impacientes por verlo echar a andar y recoger sus frutos. Hacer amigos. Poner en marcha nuevas ideas.

En todo caso, viendo los números de la matrícula, nos damos cuenta de que cada vez quedan menos plazas. En este caso la matemática es una perogrullada pero conviene avisar, a los que quizá se lo estén pensando, que las plazas disponibles no son ya muchas.

Y que cada vez queda menos para el inicio.

Presentación de los cursos de verano

La Universidad de La Rioja presentó hace un par de días sus Cursos de Verano, entre los cuales se encuentra "Soterrar el tren, ganar un paisaje".

¿Qué se pretende con los talleres?

Desde hace ya mucho tiempo, se viene viendo que los cursos de verano (y no digamos los reglados, tipo máster) deben abordar los asuntos de forma práctica. El largo rosario de comunicaciones académicas, con lecciones magistrales (a veces realmente magistrales, otras veces no tanto) va quedando obsoleto. Sobre todo cuando, como en este caso, se trata de encarar asuntos cuya resolución termina en un proyecto y en una obra realizada.

Quedó claro desde el primer momento para los organizadores del curso que éste había de plantearse con una base teórica necesaria pero, sin excusa, con una práctica acerca de diversos aspectos que, entre otros muchos, abarcarán los proyectos paisajísticos del soterramiento.

¿Cómo hacerlo? Por cuestiones prácticas los talleres no podían ser muchos, pero sólo uno o dos de ellos habría sido un planteamiento escaso. Se optó por cinco que, grosso modo, abordaran los aspectos que parecían básicos en ese futuro paisaje urbano: las plantas (Un andén verde para Logroño), la movilidad urbana (Parque y movimiento), el ciudadano (Parque y participación ciudadana), las nuevas tendencias del diseño del paisaje urbano (Estrategias del Paisaje) y el urbanismo y el paisaje urbano, entendidos de una manera muy, muy amplia (Los elementos naturales: fuente de recursos espaciales y energéticos). Todo ello conforma un panorama de talleres que, si dan los resultados apetecidos, propondrán muy variadas formas de afrontar el diseño de un espacio tan sumamente exigente como el Parque Lineal del Soterramiento. Queda por definir su funcionamiento, lo que abordaremos en otra entrada más adelante.

Lo que sí cabe afirmar es que este enfoque, fundamentalmente práctico, permitirá aprovechar todas las ideas que puedan ponerse sobre el tapete. Uno de los objetivos del curso es sumar fuerzas, aprovechar sinergias, no dejar que, por falta de caldo de cultivo, se pierda alguna idea importante. Profesores y alumnos tendrán así la ocasión de proponer "su" idea: de ofrecer un boceto, un "mono", un esquema de sus planteamientos y así, conseguir que el paisaje del soterramiento sea, como debe ser, de todos.

¿Por qué un curso de verano?

Es posible que alguien se pregunte a qué viene un curso como este. Sin entrar en honduras, podemos explicarlo con pocas palabras.

La obra del soterramiento es la de mayor envergadura que va a hacerse en Logroño durante, al menos, la primera mitad del siglo: muy posiblemente durante todo él. Ello significa que cambiará, sin duda, el devenir de la ciudad y, por lo tanto, la vida de sus ciudadanos. El curso, en primera instancia servirá para avivar el interés que, hoy por hoy, sienten los logroñeses por esta obra. El curso se hará notar, eso esperamos, y tendrá una repercusión de la que los propios ciudadanos se harán eco.

El "parque lineal del soterramiento" (como puede calificarse de manera provisional) será una obra de tal complejidad que durará tiempo. Durante ese lapso, se contará con numerosos profesionales del paisajismo (extranjeros y españoles) para proponer soluciones concretas que den como resultado un parque moderno del siglo XXI. Ya se están avanzando unos estudios previos por parte del profesor Páez de la Cadena, director del curso. Pero se desea producir la máxima sinergia posible entre las personas que puedan estar interesadas, que tengan algo que decir o proponer: un curso de verano parece un buen foro para expresar ideas que luego puedan tener aplicación.

Finalmente, la Sociedad LIF 2002, desea llegar a todos los ámbitos de la vida ciudadana: al fin y al cabo, la obra es para la ciudad y sus habitantes. Profesores y estudiantes universitarios forman parte de la vida logroñesa. La Universidad de La Rioja, por su parte, desea que sus enseñanzas se integren lo más posible en la vida cotidiana: y qué mejor momento y ocasión que esta obra que transformará la ciudad. Este curso no es sino el primero de una serie de contactos e ideas que se irán poniendo en marcha a partir de este momento.

Tres razones para los escépticos, tres razones entre otras muchas para organizar un curso de verano acerca de este tren que se hará subterráneo para regalarle un parque a la ciudad.

Para muestra...

Que se trata de una obra complejísima, que debe realizarse sin interrumpir el servicio ferroviario, es cosa evidente. Recordemos, no obstante, que se trata de desdoblar la vía y, naturalmente, trabajar con la catenaria viva cuando el nivel freático se encuentra muy alto, como es el caso, añade muchas dificultades al asunto.

Para ir abriendo boca y comprender en qué consistirá la obra, traemos dos fotografías. La primera es del tramo cercano a la calle Siete Infantes de Lara y en



ella se aprecia una trinchera más o menos amplia, con cierta curvatura: ya se ve que la integración en superficie requerirá estudiar a fondo las cotas resultantes, el cruce con la calle y la relación con las parcelas de propiedad privada de diversas comunidades de vecinos, entre otras cosas.

La segunda muestra un aspecto bien distinto: la trinchera discurre encajonada entre sendas calles y alineaciones de edificios y, para más dificultad, a cotas muy distintas. Es el tramo que termina en Gonzalo de Berceo.



La casuística, aquí, será bien distinta. Existen parques y jardincillos cercanos que se beneficiarán de la creación del Parque Lineal y hay, por ejemplo, un aparcamiento espontáneo que habrá que regularizar, además de ser el único lugar en el que existe un arbolado que debe respetarse a toda costa: unos plátanos y castaños de Indias de buen tamaño y edad.

Como se ve, hay material con el que trabajar en los talleres, material que se ha ido elaborando en los estudios previos que habrán de entregarse a LIF 2002 el mes próximo. Se trata de que ninguna idea quede sin considerar (aunque sea un ideal inalcanzable). Pero ya estamos en marcha para acercarnos a él.

P.S. El número de alumnos inscritos, a más de un mes de celebrarse el curso, ha crecido con rapidez: casi la mitad de las plazas están ya cubiertas.

La obra del siglo para Logroño

Resulta difícil imaginar qué puede suponer la obra del soterramiento del ferrocarril para la ciudad de Logroño. Los datos, las cifras, las ideas previas pueden verse en la página de la sociedad Logroño Integración del Ferrocarril 2002 que es, además, la patrocinadora del curso.

Lo que no es difícil es deducir que, con estos antecedentes, el soterramiento del ferrocarril habrá de ser, sin duda, la obra del siglo, o casi, para Logroño. No sólo porque se tardarán varios años en completarla ni porque todas las administraciones estén implicadas en ello. Ni tampoco porque vaya a ofrecer una estación nueva o un parque ahora inexistente. Parece que ésta puede ser la obra del siglo para Logroño porque va a suponer un cambio determinante en la estructura de la propia ciudad y en la percepción que los ciudadanos tienen ahora de ella. Porque va a influir directamente en otros desarrollos urbanísticos posteriores, y bien en profundidad. Y también porque va a tener como protagonista al pueblo de Logroño: que podrá ver (que ya está viendo y oyendo hablar de ellos) los cambios que se operan y que podrá, en más de un sentido, participar en ellos y disfrutando de una ciudad renovada y moderna.

La jardinería no será ajena a todo ello: al contrario, será protagonista en esa modificación sustancial del paisaje urbano. Y en este curso se hablará, sobre todo, de ella: para convertirla en una aventura apasionante.